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Parkinson: primeros síntomas de alerta

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Según la Asociación Colombiana de Neurología, el Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en el mundo después del Alzheimer.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente son 6,3 millones de personas que padecen párkinson a nivel mundial. La prevalencia de esta enfermedad es entre 1-2 por cada 1000 personas y se estima que afecta al 1% de la población mayor a 60 años. Por su parte, la Asociación Colombiana de Neurología indica que esta es la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor prevalencia en el mundo después del Alzheimer.

La ausencia de dopamina en las células del sistema nervioso provoca síntomas motores y no motores. Los primeros pueden ser: temblor en reposo, lentitud de movimientos, pérdida de fuerza muscular y cansancio, rigidez, problemas para caminar y dolor muscular. Y los segundos son aquellos que no son visibles como: trastornos de sueño, pérdida de olfato, dificultades para comer, hablar y depresión.

Es importante prestar atención a algunos signos y síntomas que pueden indicar si una persona sufre de esta enfermedad. Vale la pena aclarar que si existe la presencia de alguno de estos síntomas de manera individual no necesariamente significa que pueda ser diagnosticado con párkinson.

En caso de presentar dos o más molestias simultáneas se recomienda consultar al médico:

– Disminución del sentido del olfato: la OMS indica que la mayoría de las personas que padecen párkinson presentan este síntoma, en ocasiones, antes de que empiecen a presentarse los síntomas motores de la enfermedad.

– Cambios en la expresión facial: se presenta mayor rigidez, menos expresividad y disminución en el movimiento de parpadeo.

– Transformación y disminución del sonido de la voz y no precisamente por causa de una enfermedad respiratoria.

– Temblor en extremidades o contracciones en manos, mentón, piernas o labios. Este tipo de temblor puede ser normal si aparece después de realizar alguna actividad física, si ha sufrido una herida, o si también ha tomado algún medicamento que lo cause.

– Disminución del tamaño de la letra de forma radical y unión de las palabras de forma repentina. Algunas veces la forma en que escribimos cambia a medida que envejecemos; sin embargo, esto sucede durante un periodo de tiempo largo y no repentinamente.

– Mareos o desmayos continuos al levantarse, que pueden ser síntomas de presión arterial baja la cual está relacionada con la enfermedad de Parkinson.

– Al dormir se mueve mucho, patea, da puñetazos o se cae de la cama. Es posible que quién detecte esta anomalía sea la persona que duerma con usted.

– Sensación de rigidez en el cuerpo, piernas y brazos, incluso después de moverlas. Es importante tener en cuenta que otras enfermedades como la artritis también comparten estos síntomas.

– Distención abdominal o estreñimiento, el cual es provocado por la falta de movilidad. Para esto es importante ingerir agua, aumentar el consumo de fibra, regular horarios de comida y evitar el uso continuo de laxantes para disminuir este síntoma.

– Para mejorar la calidad de vida de quienes padecen Parkinson, existe una terapia conocida como Estimulación Cerebral Profunda (DBS, por sus siglas en inglés) capaz de regular los síntomas motores de los pacientes cuando estos ya no responden correctamente a medicamentos o presentan efectos adversos a los mismos. Este tratamiento consiste en conectar un dispositivo similar a un marcapasos con un electrodo que se inserta en estructuras profundas del cerebro. El marcapasos envía impulsos eléctricos que ayudan a controlar los síntomas motores propios de la enfermedad de Parkinson. Se utiliza en Colombia desde 2003 y ha devuelto la calidad de vida a más de 1.000 pacientes, según la Asociación Colombiana de Neurología.

Es necesario tener en cuenta que a nivel médico el paciente no puede presentar otras enfermedades que lo imposibiliten para a acceder a la cirugía. El momento ideal para someterse a este tratamiento es cuando se empiezan a presentar fluctuaciones motoras o cuando los medicamentos pierden efectividad o incluso generan efectos secundarios tales como las discinesias.

Existe un tiempo de valoración de la enfermedad de aproximadamente 4 años en la que se determina si una persona tiene la enfermedad de Parkinson; es decir, que a partir del cuarto año de evolución del padecimiento, el paciente podría acceder al procedimiento. Antes de este tiempo, igualmente se pueden presentar síntomas motores y no motores, pero estos son considerados como síntomas parkinsonianos que pueden ser regulados bajo fármacos.

Hay estudios que determinan que entre más temprano se realice el procedimiento, mayor será el beneficio sostenido en el tiempo, sin embargo sólo un neurólogo o neurocirujano es quien determina si esta terapia es indicada o no.

A través de la página web www.Parkinsonyyo.com y un perfil en Facebook @Parkinsonyyo las personas pueden obtener información valiosa y consejos útiles que les permitirán conocer más acerca de esta enfermedad para lograr tener una mejor calidad de vida.