Foto: Facebook/@beforesunrisewb

Sin caprichos todo es más sencillo

cespinosa

En nuestras relaciones interpersonales, tenemos que tener algo muy claro, éstas son un reflejo de las acciones de dos personas que tienen un proyecto de relación, y su forma de ser y estar determinan la calidad de dicha relación.

Todos hemos tenido momentos de tensión, desacuerdos, complicación, que nos obligan, a escuchar, entender, negociar y proponer. Cuando en el amor se presentan dificultades, el reto que tenemos es:

  • ¿Comprender el por qué se da esta situación?
  • ¿Cuál es el origen de dicha situación?
  • ¿En que nos afecta esta situación?
  • ¿En que nos puede hacer crecer esta situación?
  • ¿Cómo vamos a resolver dicha situación?

Esto requiere un ejercicio de análisis comprensivo, que nos permita buscar lo mejor para ambos, porque en toda relación, por encima de los conflictos y los desacuerdos, se debe procurar el bienestar.

Pero cuando una persona funciona desde el capricho:

  • Estimula la intransigencia.
  • Crea una fuerte curva de inestabilidad emocional.
  • Se cierra y no le da la gana ceder.
  • No tiene reparo en lastimar.

Cuando una persona funciona desde el capricho está funcionando desde las emociones, esto crea graves y profundas complicaciones.

En cualquier relación humana, vos sabes muy bien cuando estás funcionando desde el capricho, todos podemos darnos cuenta cuando no nos da la gana hacer nada y simplemente nos especializamos en molestar, fastidiar y complicar.

  • ¿Que ganás con esto?
  • ¿Sentís que realmente esto aporta algo?
  • ¿Te hace sentir orgulloso funcionar desde el capricho?
  • ¿No te das cuenta de que haces de tu vida en pareja algo más difícil?

Estar con una persona que, ante cualquier complicación, lejos de proponer, lo que hace es joder, simplemente porque funciona desde el capricho nos pone frente a dos situaciones para poder resolver, si dejás de lado estas actitudes infantiles y asumís un patrón más maduro, o cada vez que haces esto, das más razones para huir de vos.

¿Vos funcionás desde el capricho? ¡Cuidado!

Dr. Rafael Ramos