Hay momentos en una relación de pareja que podrían llegar a extremos profundamente complicados, si la actitud de uno u otro nos coloca en una zona de conflicto, por las actitudes con las que se enfrenta cada situación que pasa en el día a día de una pareja.
Todo conflicto, en una historia de pareja, debe estar orientado al fortalecimiento de la relación, toda vez que dichos conflictos, no impliquen estructuras de agresión o violencia a ningún nivel, si la violencia es la norma, la relación no sirve.
Los conflictos bien manejados, tienen que desarrollar una estructura de comunicación y análisis, que permita que cada uno se sienta en la capacidad de proponer una serie de ideas que ayuden al fortalecimiento de la relación.
Pero, cuando hacemos uso de la ironía, las cosas se complican, ahora ¿cómo entendemos la ironía?
Ciertamente, cuando estamos tensos, estresados o enojados, a veces la ironía es una respuesta defensiva, pero es improductiva, no aporta nada, solo lastima, frustra y tensa.
La ironía es la puerta por dónde tu relación cruza hacia la frialdad y al desamor.
Si la ironía es la tónica, la norma de tu comunicación, tu relación va por muy mal camino, y el que le está dando esa dirección sos vos, así que cuidado con esto.
Dr. Rafael Ramos.
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