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Debes elegir: ¿sexo o dormir?

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Otro día largo no, larguísimo, y al llegar a la cama después de mil horas en la oficina y tantísimas otras de tareas en casa, llega a la cama y su a pareja parece que le hayan dado despertina. ¿Sexo o dormir? Por una vez que se ceda no pasa nada pero, ¿si se convierte en costumbre? El sexólogo Fernando Villadangos pone palabras a lo que ya intuimos: “Es nefasto para el deseo, porque pasa a ser una obligación más y pierde atractivo hasta el punto de llevarnos a pensar que es mejor no hacerlo”.

Aún así nos empeñamos en dejar las relaciones para el final del día y, como resultado, un tercio de las españolas y un 22,8 % de los españoles ha tenido relaciones sexuales a sin tener ganas, según los datos del estudio Ulises, que ha realizado 1.050 entrevistas. Esta situación se da, según la encuesta, sobre todo en parejas estables de más de 55 años. Por sexos, son las mujeres las que más ceden: el 18,3% frente al 12,9% de los hombres.

¿Por qué accedemos? La mayoría respondió que lo hacía para conservar su relación. Parece lógico, según señala la sexóloga Ester Álvarez, “decir que no a la pareja no es plato de buen gusto para nadie, supone tener que buscar excusas, y sentir que estamos decepcionando a la otra persona”.

Además, ¿qué otra alternativa existe? Partamos de una base: “Obligación y sexo son antagónicos. Es muy importante no caer en el ‘hoy toca’, ni practicarlo de forma forzada“, según advierte Villadangos. Un ejemplo es el de “aquellas parejas que están buscando un embarazo y acaban teniendo relaciones de forma tan sistemática que pueden llegar a tener un bloqueo en su sexualidad”.

Dormir más activa la excitación sexual

Si la opción es dormir o practicar sexo cansados, la ciencia ha despejado la ecuación. Un estudio del departamento de Psiquiatría de la Escuela Médica de la Universidad de Michigan (EE UU) y el departamento de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Kent State de Ohio (EE UU), publicado en The Journal of Sexual Medicine, encontró que dormir adecuadamente ayuda a mejorar el deseo sexual, sobre todo en el caso de las mujeres.

Participaron en la investigación 171 mujeres reclutadas en el ámbito universitario, que no tomaban antidepresivos ni pastillas para dormir, y que rellenaron una encuesta tras 14 días de sueño. Entre las conclusiones destacaban que una mayor duración del sueño, se relaciona con un mayor deseo sexual al día siguiente. Igualmente, cifraron que el aumento de una hora de sueño suponía un 14% más de probabilidades de participar en la actividad sexual.

No solo se trataba de una cuestión de agotamiento mental, sino que realmente el estudio mostraba que las mujeres tenían una mayor respuesta de excitación genital si habían dormido lo suficiente.

Más o mejor sexo. A veces hay que elegir

Al contrario, explica Villadangos, “practicar sexo con cansancio implica hacerlo más rápido y esa es la causa de que muchas mujeres prefieran dejarlo para un mejor momento. Pero si no logramos encontrar momentos propicios, termina por disminuir la frecuencia y entramos en un círculo vicioso donde el sexo puede quedar arrinconado”.

Lo primero que matiza Ester Álvarez es que “se le da demasiado valor al número de relaciones sexuales. Parece que si no tienes una cantidad mínima de relaciones sexuales a la semana o al mes, es que no disfrutas del sexo”. De esta forma, incide en que si eliminamos este factor de presión, podemos llegar a la conclusión de que “es mucho más importante la calidad, el dedicarle tiempo y mimo a las relaciones, aunque no sean tan a menudo, pero que al menos sean bastante satisfactorias para ambos y no se queden en un encuentro rápido”.

Por ello, su primer consejo pasa por “buscar otros momentos que no sean a la hora de ir a dormir, en los que les podamos dedicar algo más de tiempo y energía”.

De la misma forma, Fernando Villadangos insiste en la importancia de la comunicación en pareja. “Una buena idea es hablar con la pareja y comprender su punto de vista y sus necesidades. Recuperar la complicidad y tomar iniciativas como robarle al día un par de horas para citarnos como al principio de la relación o reservar toda una tarde para nosotros, apagar los móviles y lograr momentos de calidad juntos”.

Por último, el experto aporta un mensaje esperanzador, y es que “es falso que el sexo tenga que decaer con los años o con una pareja estable. Más bien se vuelve gris cuando no le dedicamos el tiempo y la energía que requiere para mantenerlo vivo. Este esfuerzo es siempre señal de inteligencia sexual”.

En: BuenaVida / elpais.com