No tomes la situación como una guerra en la que uno gana y otro pierde: lo importante es que ambos lleguen a un común acuerdo.
No te quedes dentro algo importante para ti, porque todo aquello que reprimes tarde o temprano se transforma en resentimiento. No vayas acumulando cuentas pendientes porque puede que llegue un momento en el que ya no puedas más.
Evitar discutir no es una buena solución. Hacer como si no hubiera pasado nada puede ponerte en una situación muy incómoda. Recuerda que en una pareja tiene que haber sinceridad.
Centrate en el tema presente, pero no saques trapos sucios del pasado porque solo empeorarás la situación al formar una bola gigante que te separa del otro.
No dejes a tu pareja con la palabra en la boca. Aunque no estés de acuerdo con aquello que te dice escucha hasta el final y respeta el turno de palabra.