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CC Pixabay / rawpixel

¿Qué distingue un amigo activo de uno pasivo?

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Trabajo y familia. Es frecuente poner en estos pilares de apoyo todo el peso del bienestar y, por tanto, todo el esfuerzo por conseguirlo. Pero los amigos también son un ingrediente fundamental en la receta de una vida feliz; no solo ayudan a embalar cajas en las mudanzas, la amistad también se ha relacionado con una mejor salud, un envejecimiento más sano y una vida menos estresante. Lo que no está tan claro es en qué proporciones hay que combinar amigos íntimos, con menos conocidos, y es un conocimiento importante; de ambos se obtienen grandes beneficios.

El sociólogo Mark Granovetter maneja un concepto muy descriptivo para comprender el papel de los amigos y conocidos. Él los llama amistades activas y pasivas, o relaciones de bajo riesgo. La importancia de cultivar las amistades íntimas es indudable; como una planta, son relaciones que pueden morir por el simple hecho de no regarlas, abonarlas ni trasplantarlas a tiempo. Pero también es importante no menospreciar las amistades pasivas; según un estudio de la Universidad de Columbia, cuantos más lazos “débiles” crea una persona, más feliz se siente.

Además, de la misma manera que tu mejor amigo del instituto puede acabar siendo un conocido al que ves una vez por Navidad, uno de los conocidos a los que saludamos educadamente en el rellano de la escalera o en el colegio, mientras esperas la salida de tus hijos, puede ser tu próximo mejor amigo.

Las amistades activas son las personas con las que compartes valores y con las que tienes una conexión más profunda. Es la familia que eliges. Un amigo viene cuando le llamas, los demás cuando pueden. Te muestra un apoyo y cariño incondicionales, por ser quién eres y no por lo que haces”, dice. Son esas personas en las que de verdad podemos confiar, y las protagonistas de las relaciones que más debemos esforzarnos para que florezcan.

Por el contrario, según Rizaldos, con los amigos pasivos “solo es necesario prestar pequeños momentos y gestos de atención para mantener y cuidar una relación”. Algo tan sencillo como dar los buenos días, preguntar por el fin de semana o desear un feliz cumpleaños a ese compañero del trabajo que nos ha sacado de más de un apuro. Básicamente se trata de unir simpatía con empatía.