
Este último problema es una de las principales preocupaciones de los habitantes, ya que no solo afecta la frescura del ambiente, sino que también puede generar malos olores y moho. Esto puede empeorar en espacios cerrados como el armario, donde la ropa puede impregnarse de un olor desagradable, o en la cocina, donde la humedad puede afectar los alimentos y utensilios.
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Esta humedad puede presentarse por filtración de goteras o fugas de agua debido a una mala impermeabilización o el desgaste de la misma. Según el portal especializado S&P son varios los signos de alarma y entre más rápido se detecte mucho mejor.
Abre las puertas del armario y, si es posible, deja que entre aire y luz natural. Si la humedad es alta, usa un deshumidificador o coloca un ventilador apuntando al interior.
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Coloca un recipiente con bicarbonato dentro del armario para absorber la humedad y los malos olores. Cámbialo cada dos semanas.
Ambos son excelentes absorbentes de humedad y eliminadores de olores. Ponlos en bolsitas de tela y colócalas en las esquinas del armario.
Mezcla partes iguales de vinagre y agua, humedece un paño y limpia el interior del armario. Deja secar con las puertas abiertas para eliminar la humedad y el olor.
Para un aroma agradable y fresco, coloca bolsitas con lavanda seca, cáscaras de naranja o limón dentro del armario.
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