¿Sabías que morderse las uñas puede ser mucho más que un simple tic nervioso? Este hábito, conocido como onicofagia, afecta a personas de todas las edades. Aunque puede parecer inofensivo, esta práctica puede tener consecuencias negativas tanto para la salud física como emocional.
La onicofagia suele estar relacionada con el estrés, la ansiedad o el aburrimiento, por lo que puede convertirse en un ciclo difícil de romper. Morderse las uñas puede provocar infecciones, deformidades en las uñas y los dedos, y hasta problemas dentales.
Entre los problemas más comunes que enfrentan las personas que se comen las uñas o las muerden, son las bacterias y virus, pues son un caldo de cultivo para microorganismos que pueden causar infecciones al entrar en contacto con la boca. Además, morder las uñas puede desalinear los dientes y provocar problemas en las encías.
Afortunadamente, existen diversas técnicas y tratamientos que pueden ayudar a superar este hábito y recuperar uñas saludables, según lo exponen en el sitio web de la odontóloga española Marta Serra.
1. Reconocer el problema: es importante que te conozcas a ti mismo, identifica las situaciones que desencadenan el hábito inconsciente.
2. Utiliza productos amargos: el Mordex o el gel de aloe vera (previamente refrigerado por 24 horas), se aplican directamente sobre la uña creando una barrera de sabor desagradable. Cada vez que intentes llevarte la uña a la boca, el sabor amargo te recordará tu objetivo y disuadirá el hábito. Es importante ser constante en su aplicación, idealmente durante un mes, para romper el ciclo y evitar recaídas.
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3. Autocontrol: consiste en reconocer los momentos en los que surge el impulso de morderse las uñas y tomar decisiones conscientes para evitarlo. Esto implica desarrollar estrategias como identificar los desencadenantes de esta conducta (estrés, aburrimiento, etc.), reemplazar la acción de morderse las uñas por otra actividad más saludable.
4. Uñas postizas: aunque es la que puede tener más valor, es una opción dada por la especialista para que caigas en cuenta de que es más duro y perjudicas tus dientes.
5. Hidrata la cutícula: haz esto todas las noches para evitar que las uñas se deshidraten, también se recomienda tener unas pinzas de cutícula para quitar todo lo que aparezca sin usar los dientes.
6. Reconoce el avance: los resultados no se van a ver de un día para el otro, así que ve valorando cada paso, eso te incentivará a continuar.
Dejar de morderse las uñas requiere constancia y determinación, pero los beneficios son múltiples. Además de una apariencia más cuidada, estarás protegiendo tu salud y bienestar emocional. Recuerda, ¡nunca es tarde para cambiar tus hábitos!
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