
Pues bien, resulta que esas “franjas” en realidad se llaman cenefas y aunque sí cumplen una función estética, también tienen distintos propósitos prácticos.
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En primer lugar, evitan que la toalla se deforme con el uso y los lavados, ya que son tejidas con una técnica más firme o con hilos diferentes. También, evitan que se deshilache.
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Algunas personas también consideran que son un indicador del desgaste de la toalla. Aunque, claro está, esto variará dependiendo del material.
Los más utilizados son el algodón, que es ideal para la absorción y la suavidad; la microfibra, material famoso por el secado rápido que ofrece; y el lino, que proporciona durabilidad y resistencia.
Por: Margarita Contreras D.