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La iniciativa nace de la comunidad, con el liderazgo de Misael, más conocido como “El Ñero de la Loma”, quien ha impulsado este proyecto con la convicción de que el turismo y la cultura pueden ser un motor de transformación social. Desde este espacio no solo se invita a disfrutar de la vista y la naturaleza, sino también a repensar el barrio como un lugar lleno de posibilidades.
Uno de los objetivos principales de La Cueva del Arco es ofrecer alternativas de vida a los jóvenes de la zona, motivándolos a alejarse de problemáticas sociales como el consumo de sustancias o la falta de oportunidades laborales. El mirador busca convertirse en un escenario de activación turística y comunitaria, similar a procesos que ya se han visto en lugares como la Comuna 13 de Medellín, donde el arte y la organización vecinal cambiaron por completo la percepción del territorio.
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La apuesta de Misael y de los habitantes que lo acompañan es clara: que La Cueva del Arco no sea solo un atractivo turístico, sino un símbolo de resiliencia, unión y transformación barrial. Un recordatorio de que, incluso en medio de las dificultades, la organización comunitaria puede abrir nuevas ventanas de esperanza.
Por: Sara Flórez