Cimitarra Santander

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El pueblo de Santander que se nombró por un objeto extraviado en la época de la conquista

Este municipio tiene atributos naturales por su geografía y riqueza hídrica por la cercanía con ríos y quebradas.

jriano
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El departamento de Santander es una de las zonas del país que guarda sorprendentes historias, atributos naturales, montañas grandes, vegetación maravillosa, entre otras cosas. Posee una riqueza tanto a nivel cultural como en otros frentes en los cuales se ha podido desarrollar el turismo. Así como es reconocido por su oferta en lugares ecológicos y de aventura, también tiene monumentos y puntos históricos que convocan múltiples turistas a lo largo del año.

Al interior de su territorio existe un municipio con una historia que se remonta a la época de la conquista, periodo en que los españoles gobernaban este territorio. Curiosamente, su nombre se debe a un objeto que se extravió en este periodo histórico en el que se disputaron diversas batallas en el territorio nacional.

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Hacia el suroccidente de este departamento hay un pueblo que no solo se destaca como uno de los más grandes de la zona, sino que también tiene historia y lugares escondidos de la naturaleza.

El pueblo santandereano cuyo nombre surgió de un objeto

Se trata de Cimitarra, municipio que tiene un área de 3.166 kilómetros cuadrados (km²) y el origen de su denominación se debe a esta arma. Es un sable corto que se caracteriza por tener una hoja curva y ensanchada que perteneció principalmente a pueblos orientales.

Como lo explica la página oficial de la Alcaldía, la historia comienza con un grupo liderados por Jiménez de Quesada y Martín Galeano. Ellos se encontraban en una expedición que les diera el acceso a una ruta que conectara el valle del río Magdalena con las zonas de la cordillera.

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Durante la búsqueda, uno de los integrantes perdió su cimitarra en uno de los campamentos, lo que generó que el grupo se regresara. En su camino de vuelta, encontraron el objeto que para entonces estaba en las manos de uno de los indígenas de la zona.

Por ser un elemento novedoso y desconocido por aquella población, los habitantes determinaron otorgarle un reconocimiento especial. Los colonizadores tomaron la decisión de dejarla en el territorio y de esta manera, su nombre quedó inscrito en la eternidad.