Estas redes priorizan el comportamiento del usuario —qué contenido ve, comparte o guarda— y no el momento exacto en el que aparece una publicación.
El algoritmo manda, no el reloj
Según el experto, los algoritmos funcionan con un sistema de distribución escalonada: muestran el video a pequeños grupos de usuarios, miden su interacción y, si funciona, lo expanden progresivamente.
Con estos argumentos, el especialista invita a los creadores a dejar de preocuparse por el “mejor horario” y enfocarse en lo esencial: crear videos que conecten y mantengan a la audiencia mirando hasta el final.
La conclusión es clara: en la era del algoritmo, el contenido manda… y el reloj ya no tanto.
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