La Navidad siempre llega con abrazos, reuniones familiares, villancicos y ese momento inevitable en el que abres un paquete y descubres que la intención fue buena, pero el regalo no tanto. Aunque todos hemos estado en ambos lados —dando y recibiendo obsequios fallidos— hay ciertos detalles que se repiten cada año como los campeones indiscutibles de los peores regalos navideños.
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A continuación, un repaso por los regalos más recurrentes, esos que terminan guardados, revendidos o reciclados para otra Navidad:
1. La ropa básica que jamás usarás:
Medias, pañuelos, franelas genéricas. Son útiles, sí, pero también los regalos más poco inspirados del planeta.

2. Perfumes tan fuertes como inolvidables (y no en buen sentido):

Fragancias dulces, potentes o demasiado baratas. El regalo que termina ambientando el baño antes que la piel.
3. Tazas genéricas con mensajes trillados:
“Best Mom”, “Best Friend”, “Best You”. Acumulan polvo, ocupan espacio y jamás sorprenden.

4. Electrodomésticos que parecen una tarea envuelta en papel:
Licuadoras, planchas, freidoras desconocidas. Más que un detalle, parecen una indirecta.

5. Ropa que no es tu talla ni tu estilo:
El famoso “te lo compré más grande por si acaso”. Resultado: un regalo sin uso ni destino.

6. Decoración navideña… entregada en Navidad:
Linda, pero totalmente inútil cuando el árbol ya está instalado y la cena servida.

7. Kits fitness que nadie pidió:
Bandas, pesas, libros de dieta. El regalo perfecto para incomodar y cero ideal para sorprender.

8. Maquillaje que no combina contigo:
Bases equivocadas, sombras fosforescentes, labiales imposibles. Un error maquillado de regalo.
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9. Peluches gigantes que terminan en la sala… estorbando:
Tiernos al principio, un problema logístico después. ¿Dónde se guarda un oso de tamaño humano?

10. El sobre con dinero, pero simbólico:
Práctico, sí. Útil… depende. Si no alcanza ni para un helado, el detalle se vuelve incómodo.

Por: Sara Flórez.
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