
Entre los santos más invocados en estos casos se encuentra San Peregrino Laziosi, según la aplicación Hallow, fue un religioso que vivió en Italia durante la Edad Media y que conoció de cerca el sufrimiento de una grave enfermedad, su historia lo llevó a ser considerado como patrono de quienes padecen cáncer y otras dolencias incurables.
Dirigirle una oración no significa abandonar los tratamientos médicos, sino sumar la fe como un apoyo adicional, que brinda serenidad tanto al paciente como a su familia.
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San Peregrino nació en Forlí, Italia, en 1265, durante su juventud estuvo vinculado a movimientos políticos violentos, pero más tarde experimentó una profunda conversión y se unió a la Orden de los Siervos de María. A partir de ese momento llevó una vida de penitencia, oración y servicio a los más necesitados.
A raíz de este hecho, la Iglesia lo reconoció como intercesor de quienes padecen enfermedades graves y, con el tiempo, se convirtió en patrono de los enfermos de cáncer y otras dolencias crónicas. Fue canonizado en 1726 por el papa Benedicto XIII, y hasta hoy su historia sigue inspirando fe en todo el mundo.
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Para rezarle a San Peregrino no se necesitan rituales complicados, lo importante es la disposición del corazón y la fe con la que se eleve la petición. Puedes encender una vela blanca, buscar un lugar tranquilo y dedicar unos minutos a la oración, también puedes acompañarla con un Padrenuestro y un Avemaría, ofreciendo tus palabras por la salud de tu ser querido.
“Oh San Peregrino, a quien llaman “El Hacedor de Maravillas”, por los numerosos milagros que obtienes de Dios para todos los que recurren a ti: tú que por muchos años padeciste una cancerosa enfermedad que carcomió tus tejidos y destruyó las fibras de tu ser, que tuviste alivio cuando todos los recursos humanos no te daban esperanza; tú que fuiste favorecido viendo a Jesús bajar de la cruz para sanar tu enfermedad, pide a Dios y a la Santísima Virgen la cura para estas personas a quienes ahora te encomiendo (diga el nombre de las personas enfermas). Ayudados así por tu poderosa intercesión, te pedimos nos ayudes a alcanzar la bondad y misericordia de nuestro Señor Jesucristo. Amén”
(Padrenuestro, Avemaría, Gloria)