En un mundo donde las preocupaciones, el estrés y las malas energías parecen multiplicarse cada día, muchas personas recurren a la fe como fuente de consuelo y fortaleza. Según la página religiosa Las Seis puertas, la oración de sellamiento y liberación a la Sangre de Cristo es una plegaria profundamente arraigada en la tradición cristiana, especialmente entre quienes buscan protección divina ante el mal, su propósito principal es cubrir con la Sangre de Jesús todos los aspectos de la vida: el cuerpo, la mente, el hogar, la familia y el trabajo, sellándolos bajo su poder redentor.
Esta oración se fundamenta en la creencia de que la Sangre de Cristo tiene un poder espiritual que vence toda fuerza de oscuridad; desde tiempos bíblicos, se ha considerado símbolo de purificación, salvación y victoria sobre el pecado y la muerte. En el Evangelio, la sangre derramada por Jesús se entiende como el pacto eterno de amor y protección de Dios hacia la humanidad, de ahí que quienes pronuncian esta oración lo hagan con fe, pidiendo que la Sangre del Salvador cubra su vida y los libre de influencias malignas, enfermedades espirituales o ataques del enemigo.
Más que una simple súplica, el sellamiento es un “acto de entrega y confianza total en el poder redentor de Cristo”, un ejercicio de fe que fortalece el espíritu y renueva el alma. Muchos creyentes lo incluyen en su rutina diaria, al despertar o antes de dormir, para mantenerse en paz y bajo la protección del Señor durante cada jornada.
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Existen diversas versiones de esta oración, pero todas comparten una misma esencia: la invocación de la Sangre de Cristo como escudo de protección ante el mal.
A continuación, te presentamos una versión tradicional de la oración de sellamiento y liberación a la Sangre de Cristo, que puedes recitar con fe y devoción en los momentos en que sientas la necesidad de protección espiritual:
“Señor Jesús, en tu nombre y con el poder de tu preciosa Sangre, sellamos toda persona, hecho o acontecimiento a través de los cuales el enemigo nos quiera hacer daño.
Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos toda potestad destructora en el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego, debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas de la naturaleza y en los abismos del infierno.
Con el poder de la Sangre de Jesús rompemos toda interferencia y acción del maligno. Te pedimos, Señor, que envíes a tu Santísima Madre, acompañada de San Miguel, San Gabriel y San Rafael, y de toda su corte de santos ángeles, para que nos guarden y protejan.
Derrama, Señor, la Sangre de tu Hijo Jesús sobre nuestra familia, sobre nuestro hogar, nuestro trabajo, nuestros caminos y sobre todo lo que hacemos. Que bajo su Sangre preciosa quedemos sellados para que ningún mal pueda tocarnos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.”
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Esta oración no solo busca protección, sino también liberación interior y renovación espiritual. Muchos creyentes aseguran que recitarla con fe los ha ayudado a superar etapas difíciles, a vencer miedos y a sentir una conexión más profunda con Dios.
En tiempos donde las energías negativas parecen invadir cada rincón, la oración de sellamiento se convierte en un refugio de esperanza. Rezar con devoción puede ser el primer paso hacia una vida más tranquila, protegida y guiada por la luz divina.
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