La discriminación no solo afecta a los humanos. En Colombia y en otras partes del mundo, los animales también son víctimas de prejuicios arraigados y supersticiones dañinas. Una de las formas más silenciosas, pero persistentes, de este fenómeno es la que enfrentan los perros de pelaje negro, que según expertos en protección animal, son ignorados en procesos de adopción e incluso víctimas de violencia en ciertas fechas del año.
Así lo confirma Nicole Valderrama, experta en bienestar animal y voluntaria de una fundación ubicada en Bogotá dedicada al rescate y protección de perros callejeros y maltratados. Su testimonio es claro y contundente:
“Sí, la discriminación hacia los perritos negros existe. Lo vemos todos los días en la fundación. Las personas se acercan a preguntar por cachorros blancos, de colores claros o llamativos. Los negros, sin importar cuán cariñosos o nobles sean, se quedan en las jaulas. A veces, por años.”
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Esta problemática ha sido bautizada en otros países como el “Síndrome del Perro Negro” (Black Dog Syndrome, en inglés), y describe la tendencia de los adoptantes a evitar perros de pelaje negro por razones que van desde creencias negativas hasta simples cuestiones estéticas, como que no se ven bien en las fotos o que “dan miedo”.
“Hay quienes aún piensan que un perro negro trae mala suerte. Otros simplemente dicen que no se ven bonitos. Todo esto refuerza una discriminación absurda que condena a muchos animales a pasar su vida entera sin conocer un hogar”, explica Valderrama.
De acuerdo con cifras internas de algunas fundaciones en Bogotá, los perros negros pueden tardar hasta tres veces más en ser adoptados que otros perros del mismo tamaño o temperamento, y algunos jamás lo logran.
Más allá del abandono y la indiferencia, existe una preocupación mayor que prende las alarmas cada año: el aumento de reportes de rituales y actos violentos contra animales de color negro en fechas cercanas a Halloween.
“Octubre es uno de los meses donde más protegemos a nuestros animales. Aumentamos la vigilancia y evitamos dar en adopción gatos y perros negros cerca del 31, porque tristemente hay reportes reales de sacrificios y actos de crueldad con fines esotéricos o rituales”, denuncia la experta.
Este tipo de prácticas, aunque parecen sacadas de una historia medieval, aún se reportan en zonas urbanas y rurales del país. Las víctimas son usualmente gatos negros, pero cada vez más se suman perros, especialmente cachorros o razas pequeñas, por su “fácil manejo” durante los rituales.
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Ante esta realidad, la fundación donde trabaja Valderrama hace un llamado a la ciudadanía: no dejarse llevar por mitos, apariencias ni supersticiones. Los perros negros no son diferentes a los demás en su comportamiento, afecto o lealtad. Muchos de ellos han sido rescatados de condiciones extremas, y esperan con ansias un hogar donde recibir amor sin condiciones.
“Invitamos a las familias a adoptar con responsabilidad. No se trata de buscar al más bonito, sino al que realmente encaje con tu vida y puedas cuidar. Si cierras los ojos a un perrito por su color, estás reforzando una injusticia que no merece.”
Además, las fundaciones recomiendan que, al momento de adoptar, las personas se informen, visiten varias veces al animal y escuchen las recomendaciones del equipo veterinario y de los cuidadores.
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