Cada día dentro de la Iglesia católica se recuerda a santos y mártires que dejaron una huella imborrable con su fe y son un ejemplo de vida para los fieles, así que conocer sus historias es una manera de acercarse a su legado espiritual y encontrar inspiración en medio de la rutina diaria.
Sobre todo si eres una persona muy cercana a la espiritualidad o si estás buscando conectar aún más con ese lado de ti, elevar una plegaria al santo que se conmemora cada día de esta tercera semana de septiembre puede ser muy útil. Te contamos qué santo corresponde a cada día entre el 16 y el 21 de septiembre.
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La Iglesia recuerda en conjunto a San Cornelio, papa, y a San Cipriano, obispo, dos mártires de los primeros siglos del cristianismo. San Cornelio fue papa en tiempos difíciles para la fe y terminó sus días como mártir, mientras que San Cipriano, obispo de Cartago, defendió con firmeza la unidad de la Iglesia hasta ser decapitado. Ambos son símbolo de fidelidad y valentía.
Oración, obtenida de EWTN:
Oh, Dios, que has puesto al frente de tu pueblo como abogados, pastores y mártires invencibles a los santos Cornelio y Cipriano, concédenos, por su intercesión, ser fortalecidos en la fe y en la constancia, para trabajar con empeño por la unidad de tu Iglesia. Amén.
Ese día se celebra a San Roberto Belarmino, jesuita, cardenal y doctor de la Iglesia. Fue un insigne teólogo tras el Concilio de Trento, recordado por su gran sabiduría y por dedicar todo lo que tenía a los pobres. Aunque su padre soñaba con verlo en la política, él eligió el camino religioso. Fue canonizado y proclamado Doctor de la Iglesia por Pío XI.
Oración, obtenida de ACI Prensa:
Señor, tú que dotaste a san Roberto Belarmino de santidad y sabiduría admirable para defender la fe de tu Iglesia, concede a tu pueblo, por su intercesión, la gracia de vivir con la alegría de profesar plenamente la fe verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
San José de Cupertino es recordado por su humildad, pobreza y profunda vida de oración. Nació en Italia en una familia en crisis económica y desde joven debió trabajar como sirviente. Su vida estuvo marcada por episodios místicos, lo que le dio fama de santo extraordinario. A pesar de sus limitaciones académicas, recibió dones espirituales que lo hicieron un ejemplo de fe sencilla.
Oración, obtenida de la página web de la Fundación que lleva su nombre:
San José de Cupertino, santo patrono de los estudiantes, santo de la alegría, maestro de oración, encantado por el evangelio y la Eucaristía, acepta mi oración con bondad.
Tú que siempre enfrentaste las dificultades de la vida, sin desviarte jamás de la voluntad divina, a la que te adheriste con fe y compromiso constantes; ahora comprende el estado de ánimo especial en el que me encuentro
e intercede ante Nuestro Señor para que me conceda la gracia que tanto necesito, permíteme sentir la presencia divina y ayúdame, con tu ejemplo, a seguir su voluntad.
Confiando en tu protección, renuevo con mucha fe mi intención de gratitud y buena voluntad, y confío en tu apoyo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
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San Jenaro, obispo y mártir de Nápoles, es una de las figuras más queridas de la tradición católica. Vivió en tiempos de la persecución de Diocleciano y fue encarcelado por predicar el Evangelio. Según la tradición, soportó torturas y milagrosamente salió ileso de un horno encendido, pero finalmente fue decapitado. Su nombre quedó ligado a la fe de los napolitanos, quienes aún lo veneran.
Oración, obtenida de ACI Prensa:
Dios Todopoderoso que suscitas en tu Iglesia pastores santos que defiendan con valentía el nombre de tu unigénito Jesucristo. Te pedimos que, a ejemplo de San Genaro, sepamos dar testimonio de nuestra fe en todo momento, aún a riesgo de nuestra propia vida.
Te lo pedimos por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
La Iglesia conmemora a San Andrés Kim Taegon, primer sacerdote mártir de Corea, junto a San Pablo Chong Hasang y otros compañeros. Lo curioso es que en un país donde la fe fue transmitida inicialmente por laicos, Andrés creció en un hogar cristiano y fue testigo del martirio de su padre. Ordenado sacerdote en Macao, regresó para evangelizar en secreto hasta ser capturado y ejecutado en 1846. Su testimonio fortaleció a toda la comunidad cristiana en Corea.
Oración, obtenida de Oraciones Milagrosas:
Oh San Andrés, concédenos la gracia y misericordia para estar siempre libres de todo peligro. Que nuestras vidas estén cubiertas con el escudo del Espíritu Santo y que nada pueda hacernos daño.
Glorioso San Andrés y compañeros, les rogamos que en este momento presenten nuestra intercesión ante Dios Padre, y que nos proteja de cualquier circunstancia.
Imploramos que nuestras vidas estén siempre unidas a Dios amado San Andrés y compañeros, que así como ustedes tuvieron la valentía de proclamar el Evangelio, nosotros también podamos ser fieles seguidores de Dios.
Que la verdad de la fe permanezca siempre en nosotros; y sepamos ser cristianos fieles que miren con misericordia al prójimo.
Aparta de nosotros oh amado San Andrés a cualquiera que esté en contra de nosotros, y que quiera hacernos daño. Te pedimos que la piedad sea nuestra guía y que podamos estar siempre protegidos de cualquier problema.
Concédenos la dicha de vivir en alegría, y seguros de que nadie nos tocará amado San Andrés. Ayúdanos si nos desviamos del camino y haznos regresar al rebaño de Dios. Amén.

El 21 de septiembre se celebra a San Mateo, uno de los doce apóstoles de Jesús y autor del primer Evangelio. Antes de seguir al Señor era cobrador de impuestos, un oficio mal visto en su tiempo, pero su encuentro con Jesús transformó por completo su vida. Su Evangelio destaca la figura de Cristo como el Mesías prometido.
Oración, obtenida de ACI Prensa:
Dios, que por la boca de tu bendito Hijo llamaste a Mateo del banco de los tributos, para que de publicano se convirtiese en apóstol y evangelista, danos gracia para renunciar a toda avaricia y desordenado deseo de riquezas y para seguir al mismo Jesucristo, tu Hijo, que en unidad del Espíritu Santo, vive y reina contigo eternamente. Amén.
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