Tras la votación de los cardenales dos preguntas definen el destino de la Iglesia. La primera: Acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem?, que en español se significa “¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?”.
La segunda: ¿Quo nomine vis vocari?, que se traduce “¿Con qué nombre quieres que te llamen?”.
Todo esto ocurre al interior del Vaticano, sin filtrarse a la prensa ni siquiera. Únicamente hasta que el protodiácono sale al balcón y anuncia que “habemus papam” los fieles y los medios se enteran de quién se trata.
El Papa León XIV se asoma al balcón central de la Basílica de San Pedro para impartir la bendición “Urbi et Orbi” y pronunciar sus primeras palabras como Obispo de Roma. pic.twitter.com/xXieXhGH9w
La elección del nombre es una declaración de intención, el primer indicio de lo que será el pontificado del sucesor de Francisco. Al elegir León XIV, el nuevo papa dejó claro que continuará con el legado de León XIII (1878-1903), conocido como “el gran papa” o “el papa de las encíclicas”.
La más importante es la conocida con el nombre de Rerum novarum, promulgada el 15 de mayo de 1891. “Por medio de esta encíclica el Papa de los obreros, con tono firme, hacía resonar en el mundo entero la voz de la Iglesia que, una vez más, se alzaba en defensa de los débiles, los pobres, los sin voz”, recuerda el portal Catholic.net. Un discurso similar al que manejó Francisco.
Además, fue quien abrió las puertas del Archivo Vaticano en 1883, estrechando lazos con aquellos sectores que deseaban iniciar una investigación histórica.
Como dato curioso, León XIII y León XIV fueron elegidos con la misma edad: 69 años.
No fue sino hasta 1555 que un papa adoptó un nombre distinto. De ahí en adelante fue norma dentro de la Iglesia.
León el Magno fue el primer papa en llevar tal nombre y tras su pontificado hay varios récords: fue el primer sucesor de Pedro en ser llamado ‘Magno’ y el primero también en ser sepultado dentro de la Basílica Vaticana.
De acuerdo con el portal de prensa del Vaticano, fue “animó a los fieles a hacer obras de caridad en una Roma doblegada por las carestías, la pobreza, las injusticias y las supersticiones paganas”.
¿Qué simboliza el león en la Biblia?
Ahora, si nos vamos a los escritos sagrados, el león es uno de los símbolos más potentes y, a menudo, evoca fuerza y valentía.
Es mencionado tanto en Antiguo como en el Nuevo Testamento, destacando en los libros de Daniel, Pedro, Amós y en los Salmos.
Vale decir también que entre los nombres más utilizados por los pontífices después de su elección están Pío, Gregorio, Juan, Benedicto, Inocencio, León y Clemente.
CARACOL S.A. realiza una reserva expresa de las reproducciones y usos de las obras y otras prestaciones accesibles desde este sitio web a medios de lectura mecánica u otros medios que resulten adecuados.
