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Sigo aun cuando sé que no me conviene

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¿Qué haces con tu insatisfacción si estás en esta situación?

Esta semana quiero compartirles este caso. Me parece que en alguna medida muchos de nosotros hemos pasado por ahí, a veces aferrados a una esperanza ilusa, sin mucho contenido porque la realidad nos dice que no estamos bien, que no somos felices, pero nos atrapamos en las falsas ideas de cambio.

¿Te ha pasado?, veamos la historia:

Quiero compartir mi testimonio: estoy en una relación con una persona que es muy difícil, muy negativa. Nuestra relación ha pasado por muchos ciclos, hemos tenido varias separaciones, porque cuando a mi pareja simplemente algo no le gusta, se enoja, se va, no quiere hablar, su carácter es explosivo, con mucha frecuencia no mide sus palabras, sus ofensas realmente me hacen sentir mal, en el fondo tengo mucho miedo de seguir, ya son varios años en esto. Lo que pasa es que cuando yo tomo la decisión de que ya no quiero más, aparece y me cuenta que es que tiene muchos problemas: el estrés, el trabajo, me sale con historias de su infancia, me dice que su papá fue una persona muy agresiva, que él aprendió de él y yo le digo que estoy cansada de lo mismo; él me promete cambios, incluso que quiere acercarse a la iglesia y buscar consejería, pero cuando volvemos no hace nada y la historia se repite y se repite. Yo me siento cansada de esto, sé que no soy feliz, no me conviene estar ahí, pero no entiendo por qué me cuesta tomar tanto esta decisión, me siento atrapada, tengo muchos miedos de enfrentar la vida sola.

Cuando se entra en una relación, una de las premisas fundamentales es que, ante los problemas, las diferencias y las dificultades, nos permitamos luchar para resolver.

Esto implica:

  • Negociar para encontrar soluciones.
  • Comprensión para ser tolerantes.
  • Convicción para permanecer firmes ante la duda y plantear criterios válidos con contenido.
  • Apertura para plantear soluciones.
  • Compromiso para hacer mejoras individuales que se traduzcan en una mejora en la vida de la pareja.

Pero esto, como siempre he dicho, tiene que ser un proceso de dos. Si acercarse a la otra persona nos pone de frente a una posición compleja, nos encontramos el conflicto, incluso cada vez mayor, en lugar de una solución. Ambos se van a estancar en esta rigidez conflictiva y dolorosa; entonces, creo que no es viable permanecer en esta relación, no es sano, ni siquiera razonable, a no ser que haya un cambio efectivo hoy.

El objetivo de una relación es sentirse pleno, amado, seguro, realizado, acogido, comprendido, validado y respetado, pero cuando esto no se da y el conflicto es la tónica diaria, generando inestabilidad, contradicción y ambivalencia, no solo no nos conviene seguir ahí, sino que hay razones muy claras y objetivas para no seguir ahí.

Ahora, ¿por qué nos aferramos?, bueno, porque tenemos una distorsión en el concepto del amor comprensivo:

  • El amor comprensivo es paciente y prudente cuando hay cambio constante.
  • Cuando hay avance, cuando vemos que ambos miembros de la relación se alejan progresivamente del conflicto y crean mejores condiciones de vida para la relación.
  • Cuando esto no es así, ese concepto de amor comprensivo tiene otros matices, dependencia, problemas de autoestima y anulación, lo que nunca va a ser compatible con una relación.

Cuando una persona se siente atrapada en ese “no sé”, de hecho, está claro que tiene que enfocar todos sus esfuerzos en fortalecer su ser interior, su autoestima, su autopercepción y su autovalía, porque solo cuando somos capaces de reconocer nuestro valor tenemos los contenidos para tomar buenas decisiones; este es un reto difícil, pero solo cuando fortalecemos nuestro interior se pueden tomar decisiones sanas.

Tenerle miedo a los cambios porque estamos atrapados en nuestras dudas y miedos, o porque la contradicción y la ambivalencia hacen que perdamos tiempo esperando que algo mágico suceda, la vida pasa y no pasa nada.Siempre he pensado que es mejor una soledad sin tristezas, con un amplio sentido de realización, que una relación cargada de dolor y frustración.

Incluso, a veces tenemos que ser honestos con nosotros mismos y reconocer que ese “no sé” es un analgésico para la conciencia, que tapa nuestras cobardía y contradicción, que lo que hace es crear justificaciones para seguir paralizados, aun cuando nuestro corazón está cargado de tristeza.

Si en una relación de pareja ambos no se arrollan las mangas y se ponen a abrir los caminos de la satisfacción, la escucha, el cambio y la sana negociación, siempre habrá grandes decepciones.

Espero que puedas dejarle a esta persona tu comentario de apoyo y tus ideas, creo que no es sano y no es justo que nos paralicemos esperando que la otra persona que no quiere cambiar lo haga, te toca a vos rescatarte.

Dr. Rafael Ramos.

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