Lavar la ropa es uno de los oficios más comunes del hogar. Afortunadamente, el ser humano ha creado grandes inventos como la lavadora, un artefacto que facilita esta actividad.
Existen diferentes tipos de lavadoras en el mercado. Su tamaño puede variar, al igual que sus funciones y su precio. Algunas solo permiten lavado, otras centrifugado y algunas, ambas. Asimismo, también están aquellas que ofrecen algo extra y es que la ropa sale completamente seca, incluso caliente (sin necesidad de tener que ponerla secar).
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Generalmente, las personas suelen tener lavadoras con lavado y centrifugado. Luego de ambos procesos deben ponerlas a en otro lugar para terminen de secarse y puedan guardarse en el clóset.
¿Es bueno poner a secar la ropa detrás de la nevera?
Algunas personas suelen tener una práctica: poner a secar la ropa detrás de la nevera, es decir, en el radiador. A veces, por afán y necesidad de que la ropa esté completamente seca en menor tiempo o porque no tienen otro espacio para hacerlo.
Independientemente de la razón que se tenga lo mejor es no poner a secar la ropa detrás de la nevera.
En primer lugar, puede tener efectos negativos en la salud. El portal web El Español destaca una investigación realizada por científicos en Manchester, la cual demostró que una de las graves consecuencias de poner a secar la ropa en el radiador de la nevera es que “se incrementó el número de pacientes afectados por el hongo denominado Aperigillus. Este no suele afectar a la salud de las personas que tienen un sistema inmunológico saludable, pero sí puede llegar a tener efectos muy negativos sobre personas que tienen dolencias que afectan al sistema inmune o con un cuadro de asma previo”.
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Al secar la ropa detrás de la nevera, se provoca una humedad en el ambiente que puede provocar que el hongo prolifere con mayor facilidad.
En segundo lugar, la nevera puede sufrir graves daños. Al poner la ropa en el radiador se está cubriendo un espacio que es importante que siempre esté despejado para que funcione correctamente. Al cubrirlo se disminuye su eficiencia.
“De hecho, en el peor de los caos nos podríamos encontrar con que el aparato puede llegar a sufrir un colapso, tener algún fallo eléctrico e incluso llegar a provocar un incendio. Por esta razón, lo más aconsejable es evitar cualquier riesgo al respecto y no tapar los radiadores con ropa ni otros elementos”, explica El Español
Estas fallos eléctricos también pueden afectar el recibo de la luz e incrementarlo.
