
En entrevista con Eva Rey, contó que en ese momento se sintió muy decepcionado de quienes lo seguían: “No entendían, nunca entendieron por qué me fui. Yo no me fui por una vieja, no me fui por dinero o por fama. Me fui porque existencialmente ya eso (el sacerdocio) no me decía”, aseguró.
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En el mismo espacio reveló que una de las mayores preocupaciones que le surgieron y lo motivaron a tomar la decisión fue darse cuenta de que estaba solo. Sin renegar, por supuesto, de la compañía constante de Dios, sino refiriéndose más bien a alguien que velara por su bienestar.
“El Ministerio está montado sobre una estructura que termina llenando de soledad a la gente. Yo nunca estuve solo, estuve rodeado de miles de personas, pero me di cuenta de que no le importaba a nadie”, afirmó.
Eso lo notó cuando enfermó del azúcar y terminó en la clínica, sin la posibilidad de que alguien lo socorriera.
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En tiempos de cónclave, Linero fue uno de los que vaticinó que sería Robert Prevost uno de los principales opcionados para convertirse en el sucesor de Francisco y así fue.
Así que ante los micrófonos de ‘Desnúdate con Eva’ desarrolló su opinión frente al líder de la Iglesia y se atrevió a decir qué consejos le daría si tuviera la oportunidad.
“Que acabe el celibato cuando antes, que mire a ver cómo acaba con el clericarismo porque los curas son comunes y corrientes, que ayude a la gente a sentirse cercana, que haga una liturgia más humana para que la gente goce la misa”, indicó.
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