El emblemático lugar en Manizales apodado “el parque de los pájaros caídos”; ¿Por qué?
Es uno de los lugares más transitados de la ciudad, un espacio lleno de historia, tradición y anécdotas.
El parque lleva su nombre en honor al sabio Francisco José de Caldas, mártir de la independencia colombiana, cuyo monumento se levanta imponente justo en el centro del lugar. A su alrededor, la vida transcurre con calma: niños corriendo detrás de las palomas, familias tomándose fotos junto a la fuente de agua y vendedores ofreciendo desde artesanías hasta las tradicionales papas fritas.
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Justo al lado del parque se encuentra la majestuosa Basílica Menor Inmaculada Concepción, una de las iglesias más importantes de la capital caldense. Su arquitectura y simbolismo religioso atraen visitantes de todas partes del país.
Pero, hay algo más que hace único al Parque Caldas. Si preguntas por él entre los manizaleños, es muy probable que te respondan con un apodo peculiar: “El parque de los pájaros caídos”.
¿Por qué llaman al Parque Caldas el “parque de los pájaros caídos”?
¿La razón? Muy sencilla… y divertida. Resulta que este parque también es punto de encuentro habitual de los jubilados de la ciudad. Todos los días, sin falta, se reúnen a jugar ajedrez a tomar un “tintico envenenado” (con un toque de aguardiente) y recordar con alegría sus años mozos.
Y cuando alguien les pregunta por qué le dicen así al parque, ellos sueltan la carcajada y responden con picardía: “¿Sabe qué tiene un jubilado entre las piernas?… ¡Otro jubilado!”
Así es Manizales: una ciudad donde la tradición, la cultura popular y el buen humor van de la mano. Y el Parque Caldas, o mejor dicho, el parque de los pájaros caídos, es el mejor ejemplo de ello.
Por: Jaime Correa “JACO” – emisoras musicales Manizales