Iván Lalinde es uno de los presentadores más queridos por los televidentes, pues nunca ha aparentado ser alguien más, sino que ha optado por abrazar su vulnerabilidad en momentos de angustia y ha irradiado consuelo en medio de situaciones difíciles, que no han sido pocas.
El paisa ha sido particularmente impactado por la muerte, pues perdió a cuatro de sus hermanos, a sus padres y a su mejor amaiga, la también presentadora Lina Marulanda. Pero sin lugar a dudas, la muerte de Humberto, uno de sus hermanos mayores, es de la que más le cuesta hablar.
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En el episodio más reciente del podcast de Bravíssimo ‘Sin tapujos’, Lalinde abrió su corazón respecto a este tema y contó cómo fue que perdió a su ser querido y por qué dolió tanto.
Humberto se había separado y volvió a vivir con sus padres. Por esa razón el resto de sus hermanos solían “estar encima” exigiéndole más, sin saber que algún día faltaría y lamentarían que “nunca valoramos el trabajo de él”. De acuerdo con su relato, el hombre se convirtió en la torre de control en esa casa, pues era quien estaba pendiente de lo que necesitarán sus papás y de atenderlos, pero de un momento a otro empezó a actuar extraño.
“Yo llegué el 7 de diciembre, día de las velitas, y lo vi muy raro, repetía lo mismo”, contó Lalinde. Unos cuantos días después empezó a notarse su delgadez y el 24 de diciembre empeoró.
“Cuando llegamos a donde el médico empezóa preguntarle cosas y él solo respondía incoherencias”, señaló el presentador de ‘Día a Día’. ¿La razón? Tenía un tumor en el cerebro y ya estaba “gigante”.
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Al ser fechas especiales que suelen pasarse en familia, Lalinde ya tenía programado un viaje a San Andrés con sus papás y allí fue que recibieron la noticia. Ellos, habiendo pasado por otras tragedias como la de Gustavito, a quien a los 3 años lo atropelló el carro de la leche, lo sospecharon: “Me dijeron ‘gordo, ¿cierto que Humberto no está bien? ¿Humberto se va a morir” y su respuesta fue “todos nos vamos a morir en algún momento”.
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A Humberto los médicos lo deshauciaron y enviaron a cuidados paleativos en apenas una semana y mientras los miembros de la familia permanecían unidos procurando el bienestar de esos seres que les dieron la vida, no podían evitar reflexionar sobre que “era ya el cuarto del que tenían que despedirse, nosotros decíamos ‘¿esta mier** qué es?'”.
Y cuando Humberto faltó vino un descubrimiento aún más impactante: había dejado carpetas organizadas con todo lo de sus papás y dinero para su entierro, clara muestra de que ya sabía su diagnóstico y no lo compartió con nadie. En palabras de Lalinde, “lo tenía organizado y una persona sabía. Él iba a donde un padre muy cercano a la familia y le hablaba”.
Cierto día el presentador optó por confrontar al sacerdote, quien aceptó que conocía la enfermedad de su hermano.
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Hoy en día lo que lamenta es el hecho de haberle exigido tanto en vida: “Yo me acuerdo que él una vez me dijo ‘no me separen de mis papás’. Claro, él sabía que tenía los días contados”, recordó. No obstante, ha logrado hacer las paces no solo con su recuerdo, sino con la muerte en general.
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