
Desde platos fuertes hasta dulces tradicionales, estas son las cinco comidas más emblemáticas que no pueden faltar en diciembre:
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Los buñuelos son el sonido oficial de diciembre; el aceite hirviendo, la masa dorándose y el olor a hogar. Hechos con queso, maicena y harina, representan la mezcla perfecta entre sabor y tradición. Se disfrutan en las novenas, en las mañanas del 24 o como acompañantes del chocolate caliente.
La natilla es, probablemente, el postre que más une a los colombianos. Su textura cremosa y su toque de canela la convierten en un clásico imperdible. Varía según la región: algunas familias la preparan con coco, otras con panela y otras con uvas pasas, pero siempre es el centro de la celebración.
El tamal es uno de los platos más tradicionales del país y en Navidad cobra protagonismo. Envuelto en hoja de plátano, relleno de carnes, arroz, arveja y condimentos, este plato es ideal para iniciar el día del 24 o el 25. Cada región tiene su versión, pero todas despiertan el espíritu navideño.
En muchas celebraciones, especialmente en reuniones grandes, la protagonista es la lechona. Este plato típico del Tolima y el Huila combina cerdo, arroz, arveja y cuero crocante. Su preparación es artesanal y de horas, lo que la convierte en una comida especial para compartir en Navidad o Año Nuevo.
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Dependiendo de la región, el “plato fuerte” del 24 puede ser un ajiaco santafereño o un sancocho navideño, especialmente en las zonas más cálidas. Estas sopas llenas de sabor, tradición y recuerdos familiares se sirven antes o después de la novena, acompañadas de aguacate y arroz.
Por: Sara Flórez.