Mari Manotas se ha convertido en una de las figuras más queridas del mundo digital colombiano. Su contenido sobre maternidad, bienestar y estilo de vida ha conectado con miles de mujeres, y su marca de cuidado capilar Everyday Love también ha ganado reconocimiento.
Sin embargo, detrás de su personalidad arrolladora hay una historia profunda de dolor, duelo y resiliencia.
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En el más reciente episodio del pódcast ‘Historias de madre’, conducido por Camila Wills, Marialejandra abrió su corazón para compartir cómo vivió la muerte de su mamá por cáncer de páncreas, cuando tenía apenas 15 años.
“Estaba a un mes de cumplir los 16. Creo que no hay edad para estar preparado, pero ese es un momento en el que las mujeres experimentamos cambios muy importantes”, expresó.
En ese entonces, Mari atravesaba una adolescencia común, con fiestas de 15, salidas con amigos y una inocencia que, según dijo, no le permitió entender la gravedad de lo que vivía su madre.
“Uno solo aprende a ser hijo cuando es padre”, indicó. En ese momento yo tenía fiestas de 15 años todo el tiempo mientras mi mamá estaba en la clínica, pero en medio de mi inocencia no pensé que se fuera a morir”.
Gracias a los años y al proceso de terapia, Mari logró reconciliarse con su yo adolescente, dejar atrás la culpa y comprender que sus padres intentaron protegerla a ella y a sus hermanos del dolor, disminuyendo la gravedad de lo que estaba ocurriendo en la familia.
“Yo no estuve en muchos momentos que debí haber estado. A mis 23 años lo entendí e hice catarsis”, reveló entre lágrimas.
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No todo es tristeza en su relato. Marialejandra también rememoró con cariño los gestos de amor que su madre tuvo antes de partir. Entre ellos, una fiesta de 15 que ella no quería celebrar, pero que hoy atesora.
“Fue el último cumpleaños que compartí con ella. Hoy entiendo que lo hizo para dejarme un recuerdo bonito”, dijo con una sonrisa nostálgica.
Así mismo, poco antes de morir, su madre les habló a ella y a su hermano, encomendándoles el cuidado de su hermana menor, que en ese momento tenía apenas 8 años.
“La noche antes de morir nos dijo ‘lo que más me duele es dejarlos solos’. Hoy como mamá, le pido a Dios que me permita estar con mis hijos por mucho tiempo”, recordó.
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En la actualidad, la emprendedora goza de su propia familia: tiene una hija llamada Matilde y dos mellizos a quienes nombró Antonio y Agustín, su adoración y calma en tiempos de crisis.
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