
Antes de irse a la cama a dormir, algunos deciden darse un espacio personal para meditar y orar a Dios para diferentes fines. Agradecimiento por el día que pasó, peticiones especiales por salud, trabajo o dinero son algunos de los fines que tienen estos momentos especiales.
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Estas prácticas suelen adoptarse desde pequeños por educación en los hogares o puede darse con el tiempo, cuando una persona escoge su fe por elección. Rosarios, momentos de reflexión y recogimiento con Dios o una oración habitual son ejercicios que muchos hacen antes de tocar la almohada con su cabeza.
Generalmente, cada persona establece sus rituales o espacios religiosos como mejor gusten de establecerlo con velas, imágenes de santos, entre otros. Otros prefieren sentarse en su cama, cerrar los ojos y decir una oración o serie de oraciones que les genere esa conexión especial con Dios que están buscando.
En esa nota te contamos de una de las oraciones que puedes expresar en la noche, momentos antes de entrar en profundo sueño. De acuerdo con la cadena religiosa EWTN, puedes reservar unos cuantos minutos para hacer la siguiente oración:
“Dios mío, Jesucristo: Te doy gracias por todos los beneficios que has dispensado en este día. Te ofrezco mi sueño y todos los momentos de esta noche y te pido me conserves en ella sin pecado. Por esto me pongo dentro de tu santísimo Costado y bajo el manto de mi Madre, la Virgen María. Asístanme y guárdenme en paz los santos Ángeles y venga sobre mí tu Bendición.”
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Posteriormente, recuerda y reflexiona sobre pensamientos, palabras u obras que consideras que fueron negativas durante el día que acaba de pasar. Continúa tu momento espiritual con el siguiente enunciado pidiendo perdón:
“Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Tú quien eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de heberte ofendido; también me pesa porque puedes castigarme con las penas del infierno. Ayudado de tu Divina Gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta”.