Pasar por una crisis emocional es algo de lo que ningún ser humano está exento, pero en la adolescencia puede ser más común considerando la cantidad de cambios que se experimentan y el montón de estímulos a los que un joven está expuesto.
Apoyar a los hijos durante estas etapas puede ser un gran reto. Los hijos se vuelven más distntas, están irritados y hasta parecerá que no confían en los padres para contarles sus problemas. Pero no es así, solo necesitan sentirse validados.
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Si este es tu caso, te compartimos una serie de consejos que publicó Unicef en su página web, con los conocimientos de la Doctora Lisa Damour, psicóloga experta en adolescentes, autora de libros de éxito y colaboradora habitual de The New York Times. También, madre de dos hijos, por supuesto.
De acuerdo con la experta, durante una situación de crisis los padres pueden realizar esta serie de pasos para ayudar a su hijo adolescente, haciendo una pausa entre cada unopara ver si funcionan y, si no, saltar al siguiente.
Durante una crisis los adolescentes pueden tener el impulso de hablar con angustia sobre lo que les está ocurriendo. En esos momentos, la clave es dejar que lo cuenten todo sin intervenir o hacer sugerencias, a menos de que ellos las soliciten. Recuerda que simplemente expresarse puede servir de alivio.
Utiliza frases como “eso es terrible” o “siento mucho que te haya pasado esto” para hacerle entender a tus hijos que sí entiendes por lo que está pasando y eres capaz de ponerte en tus zapatos.
Los adolescentes pueden llegar a cohibirse de expresar sus sentimientos, debido a que todo el mundo durante mucho tiempo los ha invalidado con expresiones como “¿De qué te quejas? Cuando crezcas vendrán los verdaderos prolemas” o “Hay gente que está peor que tú”.
Aquí lo importante es hacerles entender que sus sentimientos son lógicos y proporcionarles un hombro sobre el cual llorar, sin minimizar sus emociones.
Habla con tu hijo sobre lo que puede hacer para sentirse mejor, como por ejemplo respirar profunda y lentamente, o sugiérele actividades que le gusten como escuchar música, por ejemplo. Esto no significa que después sus problemas hayan terminado, pero sentirá confort.
Intenta mostrar tu apoyo con frases como “te aseguro que esta sensación tan fuerte no durará mucho” o “por muy duro que parezca esto ahora mismo, estoy muy impresionado por lo que eres capaz de controlar” y “agradezco que podemos hablar juntos de todo esto”.
Pídele permiso para ofrecer apoyo, en lugar de ofrecer consejos no solicitados. Pregúntale si necesita de tu ayuda, a lo mejor él solo quiere desahogarse.
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Si tu hijo acepta la ayuda que acabas de ofrecerle, puedeser útil dividir el problema en dos partes: cosas que se pueden cambiar y cosas que no se pueden cambiar. De esta forma, podrán trazar un plan de acción.
Para las cosas que pueden cambiar, ayúdale a centrar su atención en la búsqueda de soluciones sin la prisa de actuar ahí mismo. Esto ayudará a resolver el embrollo que se formó en su cabeza y ver todo de manera más clara.
Estos momentos de crisis traen grandes lecciones consigo. Por ejemplo, que no tenemos todo bajo nuestro control. “Una forma de ayudar a los jóvenes a aceptar un problema es hablar en términos de la energía. Puedes decirles: ‘Solo tienes una cierta cantidad de energía, así que guárdala para los problemas sobre los que realmente podemos hacer algo. No la desperdicies en los retos que no puedes controlar ahora mismo’“, recomendó la experta.
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